Aunque parezca un desperdicio de tiempo y esfuerzo, los
maestros han logrado presionar al gobierno federal en torno a la aplicación
laboral de la Reforma Educativa.
Pese a las quejas del plantón instalado en el Monumento a la
Revolución y las condiciones del clima, los maestros han permanecido ahí luego
de ser desalojados del zócalo capitalino el 13 de septiembre. La fatiga, las
críticas de aquellos que no entienden el por qué de su resistencia no han sido
suficientes para moverlos ni interrumpir la manifestación pacífica que lideran.
Hasta el momento, los maestros han ganado que las
evaluaciones sean diseñados por ellos, es decir, que respondan a sus métodos de
enseñanza pues en la situación de los niños no es la misma en todo el país ni
responde a las mismas necesidades. Además, la educación complementaria que los
maestros brindan, pese al plan de estudios, ya no se verá amenazada por
perspectivas centralistas de educación.
Por otro lado, se le ha retirado la facultad al Instituto
Nacional de Evaluación la designación de maestros. Finalmente, no se despedirá
a ningún maestro que "repruebe" la evaluación magisterial, siempre y
cuando, tenga una plaza definida.
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